Si algo va a definir a Ritmo Salvaje es la fuerza con la que sus personajes buscan sobresalir a pesar de que su realidad los lleve contra corriente, por supuesto, el elemento que hila la trama es la música y el empoderamiento de los cuerpos a la hora de salir a bailar.
Ciudad de México, 1 de marzo (SinEmbargo).– Era cuestión de tiempo para que una serie que se moviera bajo el ritmo de la música urbana saliera a la luz y Netflix, que no deja pasar una sola oportunidad, estrena este 2 de marzo su nueva producción colombiana: Ritmo Salvaje.
La historia, protagonizada por Paulina Dávila (Después de ti, 2020) como Antonia y Greeicy Rendón como Karina, presenta a dos bailarinas provenientes de mundos totalmente opuestos por las clases sociales en Colombia. Sin embargo, las vidas de estas mujeres se colisionan debido a su pasión por el baile y porque descubren que tienen más en común de lo que creen y la búsqueda por querer alcanzar sus sueños es una de ellas.
"El tema principal de lo que se habla, a parte del baile y el trabajo espectacular que se hizo con la música, es que se cuenta lo que hacen para cumplir los sueños, desde el punto donde te toque a ti, porque se muestran dos mundos diferentes a nivel económico y no van a mostrar que para uno es más fácil que para otros porque ambos van a tener sus propias dificultades", responde para SinEmbargo desde Colombia el actor David Palacio en un encuentro con medios de Latinoamérica.
Simón Brand (Default, 2014), director de la serie, tomó como fondo los sonidos urbanos para contar una historia dirigida sobre todo para un público juvenil que conectara con los personajes a través de sus experiencias, o bien, emocionalmente:
"No tienen que estar de acuerdo con las decisiones de los personajes, o con el rumbo que estén tomando, pero tienen que hacerle 'barra' a alguien en algún momento, así cambien o tengan un algo, eso es importante, crear un círculo emocional con los personajes y la música es muy importante en la serie".
Por supuesto, la fuerza de la serie recae en la música y en las coreografías que vemos capítulo a capitulo de los ocho con los que cuenta la serie. Justo esta parte fue la que motivó a sus protagonistas a ser parte del proyecto, pues para Paulina Dávila representó un reto para su carrera y para Greeicy Rendón significó su regreso a la pantalla.
"Cuando recibí este proyecto me emocioné muchísimo, era como un sueño. Todos los ingredientes estaban puestos para que fuera algo increíble. […] Nunca habíamos tenido un entrenamiento tan duro de baile y la vara la teníamos grande al estar con bailarines profesionales", explica Dávila.
En el caso de Greeicy, Ritmo Salvaje representó su vuelta a la actuación después de dedicarse los últimos años a la música.
"Siempre tuve ganas de que me llegara un proyecto con el que pudiera regresar, me llegaban muchas propuestas, pero para mí ser parte del elenco de Ritmo Salvaje fue inevitable de aceptar porque me conecté no sólo con la historia sino con el equipo de trabajo. El tema del baile me apasiona mucho, pero no soy bailarina profesional, y nunca en mi vida había tenido la oportunidad de dedicarte tanto tiempo al baile como me lo hado este proyecto".
AL LADO LOS ESTIGMAS
El género del reggaetón es uno de los más potentes para la industria de la música hoy en día y en los últimos años se ha encargado de ir derribando fronteras llegando a nuevos públicos, pero también sigue siendo unos de los géneros más estigmatizados.
A este genero se le sigue relacionando con la cosificación y la hipersexualización de la mujer, señalan sus letras muchas veces machistas, el consumo de drogas, entre otros. No obstante, la serie echa todo esto de lado concentrándose en los aspectos positivos, como en la pasión por dejarse llevar por sus ritmos, su lado sensual, y disfrutar del baile.
"No creo que se pretenda cambiar ninguna imagen, más bien lo que se muestra es cómo se vive una pasión, como se viven los sueños, cómo se trabaja para cumplirlos. Cómo las decisiones que se toman a lo largo de la serie con los diferentes personajes tienen sus consecuencias, cómo se resuelven los problemas, lo que significa y el valor que tiene los personajes, sea cual sea el objetivo o el sueño", destaca David Palacio.
Un aspecto importante de esta serie que se debe destacar es que el 90 por ciento del soundtrack y las canciones usadas en la coreografías fueron creadas especialmente para la serie.
Otro estigma social que también no busca proyectar la serie es sobre el uso de drogas en Colombia. En este encuentro con medios, periodistas de ese país cuestionaron al director Simón Brand sobre su manejo del consumo de estupefacientes en la trama dirigida a jóvenes:
"Cuando uno hace una historia de este tipo quiere hacer lo más auténtico y los más sincero con los personajes que están representados en la serie, yo creo que en este caso la gente se ve reflejada a través de los diferentes personajes. No solamente están los personajes de Karina y de Antonia, hay muchos otros personajes, y se van a dar cuenta que el problema de las drogas no es de lo que trata la serie, tratamos de hacer lo más auténticos y sinceros con lo que sucede hoy día, y si la droga es parte de un contexto o de una situación o una circunstancias se va a ver por este mismo a fan de reconocer una realidad que está sucediendo en una sociedad no solamente colombiana, sino de latinoamericanos y del mundo entero".
Sí algo va a definir a Ritmo Salvaje es la fuerza con la que sus personajes buscan sobresalir a pesar de que su realidad los lleve contra corriente, por supuesto, el elemento hilo en la trama es la música y el empoderamiento de los cuerpos a la hora de salir a bailar.
"Tienen que verla porque está increíble, es una forma también de acceder a un mundo que no conocen y creo que eso es lo bonito que estamos viviendo, en donde podemos ver contenido de otras partes del mundo y de alguna forma es una ventana a una manera de vivir diferente a una expresión cultural distinta. Hay mucho baile, pasión, música increíble, pero además de eso es un poco un retrato de la sociedad y de esta juventud que quiere buscar un lugar común, puntos de encuentro, oportunidades. Es una historia que inspira y dan ganar de salir a buscar allá afuera lo que queremos y soñamos", culmino Paulina Dávila.